Gabriel García Márquez
Hace unos dos meses atrás, dando vueltas por una librería que queda frente a Plaza Italia, me encontré con un libro y no pude me pude contener; automáticamente lo compré (en versión de bolsillo claro).
La obra es "Doce cuentos peregrinos", y además de contar con el aval que le imprime el nombre del autor (el excelentísimo exponente del realismo mágico en latinoamérica, Gabriel García Márquez), el convencimiento que generó la posterior compra vino de parte de la confianza que me inspiró el vendedor: "es muy bueno eh...!!!", pero por sobre todo de las palabras que leí en la contratapa.
Teniendo en cuenta que estamos en víspera navideña, los familiares que lean el blog con cierta regularidad, podrán augurar que en el arbolito a alguno le tocará recibir "Doce cuentos..."; espero que lo sepa disfrutar.
No voy a ser egoísta y les dejaré a continuación la concatenación de oraciones que me dejó maravillado. No de gusto obtuvo el Premio Nobel ¿no?
Cito textual:
"Reescribí todos los cuentos otra vez desde el principio en ocho meses febriles en los que no necesité preguntarme dónde terminaba la vida y dónde empezaba la imaginación, porque me ayudaba la sospecha de que quizás no fuera cierto nada de lo vivido veinte años antes en Europa. La escritura se me hizo entonces tan fluida que a ratos me sentía escribiendo por el puro placer de narrar, que es quizás el estado humano que más se parece a la levitación. Además, trabajando todos los cuentos a la vez y saltando de uno a otro con plena libertad, conseguí una visión panorámica que me salvó del cansancio de los comienzos sucesivos, y me ayudó a cazar redundancias ociosas y contradicciones mortales. Creo haber logrado así el libro de cuentos más próximo al que siempre quise escribir."
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