lunes, 21 de junio de 2010

Un recuerdo mío y la anécdota de un amigo

Se hizo esperar, pero al fin llegó el post sobre la magia, y como es el primero, quiero empezar por el principio en mí mismo.

Me acuerdo que de muy chico miraba unos especiales con mi viejo, los sábados a la hora de la siesta por HBO.


“The World’s Greatest Magic” (así se llamaba el programa) era tan bueno que me mantenía como 2 horas frente a la tele, teniendo en cuenta que el programa era en inglés y estaba subtitulado (yo para aquel entonces seguramente había aprendido a leer hacía muy poco, así que no podía seguirle el ritmo).
Cuando el programa terminaba, en realidad arrancaba una tarde divertidísima. Inmediatamente salía corriendo a buscar mi caja de magia y algún viejo mazo de cartas españolas para jugar unas cuantas horas imitando a esos tipos que había visto.

Unos 13 años después todavía me acuerdo de uno de los magos que aparecía seguido en el programa, Lance Burton.

En relación con esto, una pequeña anécdota:
El tiempo, mi venida a La Plata para estudiar y otras circunstancias azarosas de la vida me permitieron conocer a algunos excelentísimos artistas de la magia. Uno de ellos (que a pesar de la confianza y la amistad que tenemos no dejo de admirar) es Roberto Mansilla, quien el año pasado estuvo con otro grupo de magos argentinos en Los Ángeles, trabajando en un lugar que es algo así como la “Meca” de la magia, “The Magic Castle”.
En ese viaje Roberto hizo todo lo posible para llegar a Las Vegas (más específicamente al Monte Carlo Resort & Hotel) e intentar ver el show de Lance Burton, por el que tanto tiempo había esperado, pero por desgracia las funciones estaban suspendidas (para que la oración anterior tenga sentido e importancia, hay que poner en evidencia el fanatismo que Roberto tiene por el mago americano). Burton tenía su pierna quebrada.
Lamentablemente, dudo que alguna otra persona pueda volver a ver el show en el “Monte Carlo”, porque el contrato que el mago tenía con la gente del teatro caducó, al parecer, por proponerle a éste, desde la parte dirigencial, un recorte del presupuesto (algo que sucedía por primera vez en los 13 años que se viene realizando el show).



Ésta es la foto de Roberto en la puerta del teatro. Si quieren leer lo que él escribió sobre su experiencia, acá está el link del post de su blog. Una pluma digna de ser leída.
Click para leer el post.

Les dejo entonces el exquisito acto de manipulación de Lance Burton. Mírenlo, pero también escúchenlo, no de gusto Antonio Vivaldi hace su aparición, con su prodigiosa obra “La primavera” una parte de “Las cuatro estaciones”. No estoy seguro de que el video sea del programa ese que veía de chico, no obstante sirve para graficar qué fue aquello que por primera vez tanto me fascinó.


Con ustedes Lance Burton…

2 comentarios:

Roberto Mansilla dijo...

Gracias por la referencia y por el comentario tan sentido.
Efectivamente, el programa hizo a una generación de magos. Todos quisimos ser cómo los que veíamos; todos, como vos, terminábamos de verlo y nos íbamos al espejo a practicar. Yo me iba al del cuarto de mis viejos que era el más grande, me ponía el saco y hacía lo que podía.
Lance Burton. Qué se puede decir? La imagen que se tiene de la magia elegante, clásica, bella la resume él.
Gracias por la evocación, felicitaciones por el blog y queremos más de esto.
Abrazo de amigo,
Roberto.-

Martín Nicolás Di Paola dijo...

Roberto gracias por tu comentario.
Es muy interesante destacar esto que vos mencionás sobre importancia del programa, teniendo en cuenta el anacronismo entre tu generación y la mía.
Otro abrazo de amigo.